Primero debemos recordar y reconocer los propios pecados cometidos, desde la ultima confesion, con la misma diligencia que pone un hombre en un negocio importante.
Debemos revisar nuestro comportamiento personal con valentía y sinceridad. Para que sea bien hecho, hemos de preguntarnos:
Sobre nuestros cumplimientos de los mandamientos de la ley de Dios y la Iglesia.
Sobre las obligaciones de nuestro propio estado de vida: como hijo/a , padre/madre, esposo/esposa, en mis obligaciones laborales , profesionales, etc,
¨Si la ofensa a Dios ha sido de pensamiento , deseo, palabra obra u omision.
En caso de que queramos hacer una confesion general , ayudaría a ello tener un pequeño cuestionario . Suelen encontrarse en los devocionarios . Tambien es necesrario preguntarnos a nosotros mismo y despues confesar el numero de pecados mortales cometidos , asi como las circunstancias que cambian la especie del pecado. Por ejemplo, es más grave maltratar a nuestros padres que a un desconocido.
El mejor procedimiento para hacer un examen de conciencia, es repasar el conjunto de nuestros deberes para con Dios, para con nosotros mismos y para con el projimo. con el fin de averiguar las faltas cometidas. Teniendo la recomendable costumbre de confesarse con frecuencia, por ejemplo una o dos veces por mes, sera facil encontrar esas faltas, sobre todo si se stienen la costumbre de practicar este examen a diario.